Quiero empezar este espacio con una reflexión, he encontrado este vídeo y creo que habla por sí sólo. Hay un punto que me gustaría destacar y es cuando se lee que "para hablar el idioma digital es necesario vivir en un hábitat digital".
Como todos sabemos, vivimos en la era de la digitalización; aunque, bajo mi perspectiva personal, sería más correcto decir que vivimos la era de la transición a la digitalización. Tengo que decir, también, que este vídeo tiene un par de años, pero como punto de inflexión hacia un futuro digital en la enseñanza es apto para todos los públicos, digitalizados, no digitalizados o en proceso de.
Pero esto no es sólo cuestión de recursos, también es cuestión de metodología. Son conceptos que van bastante unidos, pero no creo que sean complementarios... Os dejo también un vídeo que me ha pasado un profesor, muchos ya lo habréis visto... ¡Es el futuro más inmediato! Y yo, sinceramente, creo en él, en la flexibilidad de la enseñanza, en la autonomía de aprendizaje, pero, sobre todo, en la autonomía de pensamiento de la persona.
Creo que es importante reflexionar sobre este tema e interiorizarlo, ya que nos ayudará a adaptarnos mejor y más rápido a todas las oportunidades que ofrece esta "digitalización", porque realmente nos ofrece la oportunidad de autoformarnos con un abanico de opciones infinitas y con las que antes no contábamos.
Y, por último, la gran polémica: ¿hacia dónde nos lleva esto? Muchos opinan que la importancia del contacto presencial es fundamental... otros opinan que en las tutorías magistrales este contacto es nulo. Mi forma de verlo es más sencilla y menos extremista: en cuanto a aprendizaje, se debe orientar a la persona y formarla en lo que a utilización de herramientas se refiere, para que sea autónoma... así, la persona sabrá encontrar exactamente lo que necesita o busca; y, en lo personal, no debemos dramatizar y pensar que seremos robots, que sustituiremos el contacto social por el social-digitalizado, porque como humanos que somos necesitamos el contacto personal... jamás llegaremos a ser tan fríos ni en comportamiento ni en habilidades sociales... o, al menos... ¡eso espero!
