viernes, 17 de diciembre de 2010

Impresiones sobre una realidad. Kenia, julio 2010


Las ideas preconcebidas con las que llegas a Kenia, nuestro esquema mental occidental, todo estructurado, sin dejar nada al azar, son desmontadas nada más llegar al país. Nosotros tardamos un día más, al llegar por la noche y no tener conciencia plena de donde nos hallábamos, hasta tener contacto con la ciudad de Nairobi a la mañana siguiente. Era como haber hecho una mezcolanza de tiempos, clases y épocas en una misma ciudad. La gente lo mismo tiraba de un carro, cual tracción animal, como iba en un todoterreno último modelo. Los oficios, los mercados, las viviendas, las indumentarias… son posiciones antagónicas de la vida misma.
Recorrimos el país, o buena parte de él, evaluando o mejor dicho, acompañando en la labor de evaluar distintos proyectos de la ONGD SED. Las necesidades no se ven tan tangibles hasta que estás en el terreno. Cómo las cosas más básicas pueden ser obviadas dentro del repertorio de recursos puestos a su disposición. El acceso al agua, la educación, la vivienda, la familia, la salud, el trabajo, la mera inscripción en el registro…
La educación se erige como el motor para posibilitar el cambio. Para que sea posible, no pretendamos cambiar a la sociedad en primer término, sino cambiar a las personas. Son éstas las que hacen sociedad. Sed mediante los programas de becas, de concienciación social, creación de bibliotecas, casas para viudas, etc. hace realidad un sueño para ellos, para los niños y niñas que ven factible su educación, los colegios que cuentan con nuevas bibliotecas, viudas que se reciben recursos teniendo familia a cargo…
No debemos perder la esperanza, la necesidad de que crean en ellos, en sus posibilidades, capacitándolos para su propio desarrollo. No hablamos de desarrollo como nación, como sociedad, sino en su desarrollo a nivel personal, humano. No tenemos que olvidar por muy lejos que estén, por muy pobres o por muy diferentes que sean, no dejan de ser personas.
Gracias SED por permitirnos vivir esta experiencia, la cual recomendamos fervientemente. ¡Hacedla por lo menos una vez en la vida!, os cambiará la concepción del mundo en el que vivís. Os conmoverá vuestros esquemas internos y os ayudará a ser PERSONAS.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Despertemos en nuestros futuros educandos el dolor de la lucidez

El educador debe saber en todo momento lo que tiene en frente. Cualquier educador, sea del ámbito que sea la rama a la que pertenezca, debe tener en cuenta que en frente tiene PERSONAS. Las personas no son cuerpos dotados de vida... somos razón.

Somos todas esas necesidades constitutivas que cualquier ser humano se plantea, sea de donde sea, son las mismas, que las podemos aparcar o retirar de nuestro repertorio, pero que recurrirán una y otra vez de manera inexcusable. El deseo de ser amar y ser amado, el deseo infinito de felicidad, el saber el por qué de la vida.

Como dice el fragmento de película mostrada a continuación: "Despierten en sus alumnos el dolor de la lucidez". Extrapolemos dicha afirmación a todos los procesos e intervenciones educativas.

¡Hagamos de la educación una experiencia exitosa!